El control de stock nos permite conocer el nivel de existencias y monitorizar su evolución. Este control, debe aplicarse a todos los elementos que intervienen en la fabricación de un producto o servicio, por lo tanto debemos incluir tanto las materias primas como los productos terminados. Controlar el stock nos permite poseer la cantidad adecuada de productos en el sitio adecuado para llevar a cabo cada operación.
Para poder llevar a cabo un control de stock efectivo primero debemos conocer que se utiliza para elaborar los productos, ofrecer los servicios y administrar el negocio. Fijandonos en este último aspecto debemos analizar los cuatro tipos de stocks que podemos poseer. Los tipos de stock son los siguientes:
1 Materias primas y componentes
2 Trabajo en curso
3 Productos terminados
4 Consumibles
Dependiendo del tipo de stock deberemos ajustar en mayor o menor medida las cantidades para asegurar el buen funcionamiento de la cadena de suministros. Para el control de stock debemos conocer el valor de los productos y materiales para clasificarlos adecuadamente, mejorar la planificación y tomar las decisiones correctas.
Para controlar los stocks existen diferentes métodos. Los tres métodos de control de stock más comunes son:
- Nivel de stock mínimo: se calcula el volumen mínimo aceptable del stock y cuando se alcanza se puede realizar otro pedido.
- Revisión de stock: para llevar a cabo esta forma de control de stock es preciso realizar exámenes periódicos del nivel de inventario. Cada revisión irá asociada un pedido para devolver las existencias al nivel predeterminado que se haya fijado.
- Just In Time: este método tiene como principal objetivo reducir los costes a través de la reducción al mínimo del inventario. Los productos se entregan cuando se necesitan y se utilizan inmediatamente. Existe el riesgo de quedarse sin existencias, por lo que es imprescindible estar seguro de que los proveedores pueden abastecer bajo demanda.