La logística inversa es el proceso que consiste en el traslado de los materiales o productos desde el usuario y/o consumidor hasta el fabricante para su posterior reutilización o reciclaje.
Los responsables de llevar a cabo la logística inversa, son los encargados de gestionar el excedente de material en los inventarios. Además, deben ocuparse de los productos procedentes de las devoluciones de los proveedores, así como de los residuos generados a lo largo del proceso de entrega (recogida de embalajes y envases). También, deben gestionar la reutilización y el reciclaje de los residuos, y de la destrucción de materiales altamente contaminantes.
La logística inversa, ha surgido recientemente debido al aumento del comercio electrónico, el cual provoca que aumente el retorno de mercancías defectuosas o entregadas a los consumidores en un mal estado. Este hecho, provoca que aumenten los inventarios de las compañías, ya que van recibiendo productos a los que ya se les había dado salida.
La implantación de un buen proceso de logística inversa aporta una serie de ventajas para la empresa como pueden ser las siguientes: en primer lugar, reduce la incertidumbre de la llegada de productos que hayan quedado fuera de uso, de este modo ayuda a organizar y gestionar los stocks eficientemente. En segundo lugar, también facilita el proceso de aprovisionamiento de materiales de una compañía, ayudando al mismo tiempo a controlar la gestión de inventarios. También, la logística inversa puede resultar una ventaja competitiva sobre los competidores, aumentando de este modo la confianza de los clientes en la empresa. Finalmente, este proceso ayuda a reducir el impacto medioambiental de los productos generados.